Para la Policía de Córdoba es un número más, otro joven asesinado para ajustarse al promedio, otro «criminal» ajusticiado sin justicia que se suma a la nefasta lista de las fuerzas.
Para el barrio es un pibe menos, otro loco inocente que pasa a engrosar la lista de los gatillados fácilmente, otra familia destruida, más bronca acumulada, promesas de venganza.
Alberto Pellico, el «were», tenía 18 años y recibió un balazo en la nuca el sábado 26 de julio cuando se trasladaba en su motocicleta junto con su primo Maximiliano Peralta en barrio Los Boulevares.
Y qué mierda nos queda. Un pibe que lo fueron, otro en muletas; un policía imputado por homicidio, otro asesino libre; y un vaso que se rebalsa

Compartimos el álbum de Colectivo Manifiesto.

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