Dos hermanos fusilados por la policía

Por: MPN: / En menos de 6 meses los hermanos Cristian y Lucas Arsogaray fueron fusilados por la policía en dos hechos ocurridos en distintos puntos de la ciudad. En los dos casos hay fuertes señales que se trataron de gatillo fácil.

«La providencia estuvo del lado del policía”, se dijo en la crónica de la noticia, en un medio hegemónico, sobre lo ocurrido la madrugada del 26 de febrero en que Cristian Darío Arsogaray de 24 años, recibió cinco balazos por parte del policía (de civil) Paulo Garibaldi de 25 años, luego que el primero intentara robar una moto en la calle Luis Burela 1250 de barrio Miralta.

El  poco consistente parte policial refiere a que: “uno de los delincuentes le apuntó con un arma y gatilló en tres oportunidades. El policía, de 25 años, se identificó y, tras un forcejeo, mató de un disparo a uno de los asaltantes”. Pero fue el fiscal Pedro Caballero quien mostró la contradicción en lo dicho por la policía al señalar en los medios que: «La víctima efectuó numerosos disparos y el policía repelió dejándolo gravemente herido. Lo más probable es que es una legítima defensa”.

La familia denuncia que Cristian tenía 5 disparos en su cuerpo y uno de ellos en el rostro. Para la madre no hay dudas que el brazo cruzado en su rostro, como si se tapara de algo, es la evidencia del fusilamiento, del tiro homicida sobre Cristian.

Meses antes de este crimen, fue asesinado por otro policía, el hermano de Cristian, se trata de Lucas de 19 años de edad quien la madrugada del 1 de septiembre del 2015 fue baleado mortalmente en el Barrio San Lorenzo Sur, por el policía César Herrera (29).

Según el parte policial, Lucas habría intentado ingresar a la vivienda de Cesar Herrera, y es en esa circunstancia que el policía dispara contra Lucas produciéndole la muerte.

De esta forma queda reflejado lo ocurrido en las primeras versiones periodísticas hechas con datos provistos por la policía: “El hecho se produjo alrededor de las 3:30, en la casa de un oficial de la Policía Caminera de Córdoba. El efectivo policial habría dado la voz de alto y ante la amenaza de tres maleantes, abrió fuego. El joven herido huyó pero a los pocos metros cayó fulminado”.

En este caso lxs vecinxs refieren a que solo se escuchó un solo disparo y que sin dudas seria el del policía sobre el tórax de Lucas, quien según versiones de la familia, no portaba armas y que la misma le fue colocada a posteriori junto a su cuerpo muerto.

Como siempre los relatos de las fuerzas policiales son inverosímiles. Armas que no disparan, puntería nula por parte de uno y letal por la otra y una cantidad nunca clara de múltiples disparos sobre la víctima, con signos de no haber participado de un enfrentamiento.

En los dos casos, para el fiscal de Distrito 2 Pedro Caballero no hay dudas que los policías realizaron actos de homicidio en legítima defensa y por ello dictó la libertad. Pero para la familia de los hermanos Cristian y Lucas Arzogaray, no hubo «providencia» sino que se trataron de casos de Gatillo Fácil.

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