No hay que olvidar ni reconciliarse con las FFAA

Desde que comenzó el aislamiento social preventivo en Argentina, uno de los procesos que intentó llevar a cabo el gobierno de Alberto Fernández, fue de reconciliación con las Fuerzas Armadas. Los puso a producir alcohol en gel y barbijos, y a repartir alimentos en los territorios. También aumentó las dotaciones de gendarmes en varias localidades del conurbano bonaerense y en cada momento que le fue posible elogió la actividad que realizan.

En ocasión de la presentación de una dotación de gendarmes en La Matanza, Alberto dijo:

«En el distrito más populoso de la Provincia de Buenos Aires. Poniendo en marcha una etapa más de esta Argentina. Puedo darle las gracias a todos estos gendarmes que tengo delante mío. Todos los días salen a la calle, se arriesgan al contagio, se protegen, pero se exponen tratando de socorrer a quién los necesita. Como los hombres y mujeres que abren merenderos en estos barrios populosos. Como se exponen compañeros, amigos y amigas. La Argentina está en deuda con ustedes, por la templanza y el compromiso que han mostrado siempre y una vez más».

Sin embargo la realidad en la historia, y en la actualidad de la intromisión de las Fuerzas Armadas en cuestiones de índole local nunca ha dado resultados positivos, los milicos siguen siendo eso: milicos.

Tal ha sido la intentona de lavar la cara de las FFAA que incluso funcionarios del gobierno han declarado que las generaciones actuales a cargo en las máximas cúpulas ya son nacidos y formados en democracia, tratando de desligar responsabilidades a la institución con la última dictadura. Pero Milani estuvo en frente del ejército hasta hace muy poco tiempo, ¿Cuántos más milanis habrá?

Las fronteras invisibles

La semana pasada el medio de comunicación chaqueño El Chaco Informa, relató una situación en la frontera entre Bolivia y Argentina. A través de un video que se viralizó, podía verse a militares argentinos ingresar a un domicilio particular de una familia

Video cedido por El Chaco Informa

A través de un video difundido en las redes sociales, se ve como un grupo de militares argentinos procede a destruir mercadería de una familia boliviana que vive en San José de Pocitos, cerca de la quebrada Sausalito, límite fronterizo entre Bolivia y Argentina.

La familia había comprado comida en Argentina y la había llevado a su casa. En el domicilio había tres mujeres cuando personal del ejército entró y destruyó las cajas con comida. Las mujeres le pedían por favor que no tiraran la comida que era para darle de comer a la gente y para dar comida en los comedores.

Los militares argentinos ingresaron ilegalmente a territorio boliviano portando armas de fuego, hasta la propiedad de la familia, luego de destruye los alimentos y amenaza a lxs niñxs que estaban en el domicilio, y luego retornaron con total tranquilidad a su país.

El presidente del barrio Héroes del Chaco, Ricardo “Chichi” Gómez, dijo que la acción de los militares argentinos viola la soberanía nacional y que, por lo tanto, la Cancillería y el Ministerio de Defensa, deberían tomar acciones de manera inmediata ante este atropello.

“Los militares de la parte argentina han cruzado a nuestro territorio armados, entrando al patio de la casa de la familia Montaño que vive abajo en la quebrada Sausalito, destruyeron toda la mercadería que compraron, eso es algo abusivo y además viola la soberanía de nuestro país”, dijo Gómez.

Finalmente, indicó que esta clase de situaciones son constantes y que tanto militares como gendarmes, cruzan “cuando quieren” la frontera y que hasta ahora ninguna autoridad hizo nada al respecto para frenar esta situación.

Tapabocas en la ESMA distribuidos por las FFAA

Hace una semana se supo que el Centro de Detención Clandestino -más grande durante la última dictadura militar- la ESMA, será un centro de producción de tapabocas, que estará a cargo de las Fuerzas Armadas en las operaciones de logística y armado. Este pedido lo realizó el titular del Ministerio de Educación, Nicolás Trotta, y fue el ministro de Defensa, Agustín Rossi, quien dio lugar a la solicitud.

No hay que lavar culpas, lo que hay que hacer es no olvidar

En este marco de la pandemia  se viene otorgando casi una veintena de prisiones domiciliarias a militares condenados por delitos de lesa humanidad. La justicia respondió con más celeridad las prisiones domiciliarias de los represores, que los pedidos, habeas corpus, etc. que hoy se vienen solicitando desde la población carcelaria de todo el país en el contexto de Covid-19.

Pero, en el mismo periodo de intento de lavada de cara a las fuerzas armadas por parte del gobierno hay que destacar que continúan los juicios por delitos de lesa humanidad, y el lunes 27 de abril se dicto condena en Mar del Plata por 272 secuestros, torturas y desapariciones una sentencia en medio de la pandemia.

De las 272 víctimas de este caso, 133 se encuentran aún en calidad de desaparecidas, 28 fueron encontradas asesinadas y 111 lograron ser liberadas tras haber sido detenidas ilegalmente. En este juicio, los casos de 97 de ellas llegaron por primera vez a un debate oral.

28 de los imputados recibieron la pena de prisión perpetua, otros siete fueron condenados a entre 7 y 25 años de prisión y cinco resultaron absueltos.

A dos años de haberse iniciado el juicio oral y público y debido a las restricciones impuestas por la cuarentena por coronavirus, el Tribunal integrado por Roberto Falcone, Mario Portela y Martín Bava realizó a través de medios electrónicos la audiencia en la que se conoció la sentencia, que recayó sobre 40 imputados por 272 delitos.

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