Días dificiles, raros, encontrados, contradictorios, pocas certezas. Gente irresponsable por miles, pobres a quienes no les queda otra que salir a trabajar miles más aún. Crecen exponencialmente, como el virus, las denuncias de detenciones en barrios pobres de personas que no pueden más que ir a trabajar porque necesitan comer, de personas que van a comedores a alimentar a otrxs y a ellxs mismxs, a personas que van a cuidar enfermxs, y así podríamos enumerar los casos que no son advertidos y acompañadxs, sino que son detenidxs. A dónde los trasladan y/o si son eventualmente liberadxs es un misterio
Del country al barrio
Llovieron fotos y videos de personas que violaron la cuarentena obligatoria que el gobierno nacional de Alberto Fernández dictaminó por 15 días, desde el viernes 20 de marzo hasta el martes 31 de marzo, en principio. Lo curioso es que muchos de esos videos y fotos eran de personas que iban a vacacionar a la playa, o salían a correr y a pasear a sus mascotas en zonas aledañas a countrys o lo que se conoce como “barrios bien”. La policía en esos casos fue notificada y diligentemente acudió bajo la autoridad embestida por el DNU 297/2020 y acompañó, advertencia de por medio, hasta la puerta de sus domicilios a estas personas.
La otra cara de este accionar son lxs, hasta ahora, 16.060 detenidxs, según destaca un el tercer informe presentado por CORREPI, cifra que seguramente crecerá exponencialmente en estos últimos días.
Es dificil no sentir preocupación por estos números. Sin desconocer que hay muchas personas que violan deliberada e irresponsablemnte la cuarentena, también hay una policía a cargo de “controlar” que en la realidad argentina mata a una persona cada 24 hs en nuestro país, que también tortura, desaparece, reprime a trabajadorxs, y la lista sigue.
Es difícil creer realmente que esa misma policía hoy vaya a actuar con igualdad de condiciones, asesorando, advirtiendo, en un country o en un barrio pobre. Es difícil confiar en que las cifras que salen en los medios sean reales, y lamentablemente difícil creer también que a medida que los días pasen las denuncias empezarán a tener otros tenores, pues esta policía que sin entrenamiento salió a la calle a controlar el cumplimiento de la cuarentena, es la misma que día a día es denunciada por la violación de innumerables derechos.
Esa misma policía que hoy es señalada como la encargada de “cuidarte” y que el fin de semana sólo apercibió al empresario Gustavo Nardelli (y le dejó abierta una causa penal), uno de los dueños de Vicentin, de las principales empresas agroexportadoras del país que se encuentra en concurso preventivo de acreedores porque debe 1.350 millones de dólares, quien pasó parte de la cuarentena obligatoria navegando en su yate de lujo llamado “Champagne», en el río Paraná. El empresario fue demorado y luego lo invitaron a continuar la cuarentena en su domicilio.

Pero esa misma policía a unos kilómetros, en Rosario, arrastró brutalmente a una mujer que estaba en la puerta de su casa y disparó contra el balcón desde donde se filmaba la situación de abuso policial en un barrio popular de esa ciudad a plena luz del día.

Parece que las advertencias son para quienes viven en “el barrio alto” y el que pasea en yate, y la represión para las villas y lxs sectores populares. El video de Rosario es uno de los pocos registrados por una cámara de los miles que se comentan, pues la gente está encerrada, por la cuarentena, mientras la policía hace un uso excesivo de la fuerza y viola derechos y garantías constitucionales, y determina quien la viola y quien no, por sospecha o portación de barrio, la cuarentena. Nada ha cambiado de un tiempo a este excepcional de pandemia.
Lxs más desprotegidxs, los que están privadxs de su libertad
Las primeras denuncias fueron antes de dictarse la cuarentena obligatoria, y es que acostumbradxs a ser lxs primerxs damnificados en casos extremos, lxs presxs y sus familias reclamaban que varios días atrás ya les habían negado las visitas que en muchos casos el único medio para que que aquellxs que están privadxs de su libertad puedan acceder a elementos de higiene, salud, etc. La no aglomeración de personas y las condiciones de higiene son las principales claves para disminuir el riesgo de contagio, las cárceles no sólo no cumplen con ambas, sino que son los lugares de encierro con más violaciones de condiciones sanitarias y de hacinamiento inhumano.
También hay denuncias de que no están entregando elementos suficientes de higiene a lxs presxs, para hacer frente a la emergencia sanitaria por el COVID-19. No reciben elementos de higiene en las visitas, y el servicio penitenciario no les provee suficientes, y están encerradxs en cárceles superpobladas.
Las denuncias de cómo el servicio penitenciario reprime a quienes están reclamando por su salud en contextos de encierro se multiplican. Si cuesta llegar a la información de lo que está sucediendo en las calles de los barrios populares, dentro de las cárceles donde casi nadie llega, la desprotección es total. Hay imágenes de presxs golpeadxs, y con heridas de balas de goma circulando en redes con denuncias de ellxs mismxs.

Frente a este escenario que pone en riesgo la salud de las personas privadas de su libertad, los motines y reclamos organizados comenzaron en las cárceles de Florencio Varela, en Buenos Aires, y Coronda y Las Flores en Santa Fe. En particular, según trascendió en varios medios hoy, en Las Flores murieron 4 presxs y en Coronda hay 1 muerto y varixs heridxs. «Cuando en Las Flores se avanzó sobre la farmacia se decidió interrumpir el diálogo y recuperar los pabellones tomados», explicó el secretario de Asuntos Penales de Santa Fe, Walter Gálvez a un medio local.
En un contexto de emergencia sanitaria por la pandemia mundial del COVID-19, el servicio penitenciario reprimió a personas privadas de su libertad que en reclamo de mejores condiciones sanitarias tomaron la farmacia del penal. Ahora rápidamente hablan de que las muertes fueron previas al motín, y que en general fueron ajustes de cuentas entre lxs presxs. En los contextos de encierro nada ha cambiado de un tiempo a este excepcional de pandemia.
Entre el cuidado, la pandemia y la calle
La violación de derechos y garantías por parte de las fuerzas de seguridad del estado exceden ampliamente estos dos sectores mencionados, y siempre se repite el patrón de ir contra lxs más vulnerables. El escenario nacional y global con respecto al coronavirus es real, y deja muerte y sistemas de salud colapsados, pero también desempleo y pobreza. También crea redes en la sociedad que hacen pensar que hay esperanza para otras formas posibles y deseables de organización.
La irresponsabilidad sí existe y la cuarentena es necesaria (para aquellos con el privilegio de poder llevara adelante) para enfrentar el coronavirus, pero eso jamás debería ser un justificante para profundizar la represión hacia los sectores más vulnerables, moneda corriente del accionar policial en nuestro país. Ese sector vulnerable que además será el más golpeado por esta pandemia.