Por la mañana del viernes lxs vecinxs de barrio Los Cortaderos se enteraron de que el policía Luis Carrizo había abusado sexualmente de una joven, también vecina, de 15 años. El pedido explícito de la Policía de no difundir la noticia en los medios para no “ensuciar a la institución” caldeó aún más los ánimos ya exaltados de un barrio que la Policía de Córdoba parece haber tomado como blanco para la violencia. La respuesta fue, una vez más, la represión.

Mientras los medios hegemónicos desplegaban sus trillados titulares hablando de “tensión” e “incidentes” en el barrio, lxs vecinxs fueron primero instados a no hablar con los medios sobre el tema para no dejar mal parada a la Policía, y luego ferozmente reprimidxs. La represión policial se produjo con disparos de balas de goma, amedrentando a lxs vecinxs con sus armas reglamentarias y propinando golpes a jóvenes, mujeres y niñxs. Otro dato importante que relataron lxs vecinxs es que durante varias horas la Policía también se encargó de cortar el ingreso de medios de comunicación al barrio, impidiendo el registro de lo que pasaba.

Como saldo, además de vecinxs asustadxs y golpeadxs, fueron detenidxs tres adultxs, que se encuentran en la UCA sur, y un menor que en este momento se encuentra en el Complejo Esperanza. En el caso intervino la Fiscalía Turno 4, distrito 4, a cargo de Liliana Copello y la secretaria Cecilia Vigna, y durante varias horas no hubo noticias ni respuestas sobre el estado de las personas detenidas. Los motivos de las detenciones estarían encuadrados como “entorpecimiento funcional” y “daño calificado”. Este martes se esperan novedades acerca de la situación de lxs detenidxs.

Otro policía violador

En las horas siguientes, el Colectivo de Jóvenes por Nuestros Derechos, organización que viene trabajando hace tiempo en el barrio y cuyos integrantes se hicieron presentes en el lugar, hizo público un comunicado en el que se relatan los hechos y se cuestiona duramente el intento de encubrir la situación por parte de la Policía de la Provincia, colocándolo como parte de un accionar sistemático de ocultamiento:

“Éste es Luis Carrizo, otro policía violador, respaldado por la institución de la que forma parte.

La institución policial quiso tapar el hecho para que no salga en los medios y los dejara mal parados.

No solo demuestra cómo se manejaron ante esta horrible situación, sino que da cuenta de cómo funcionan los engranajes del brazo armado del Estado: jugando a ser ‘servidores públicos de seguridad’, tapan hechos de violación, asesinato, hostigamiento, persecusión, participación en redes de narcotráfico y de trata, de las cuales son efectores.

Esta no es una situación aislada, así funciona el servicio policial y penitenciario estatal.

Esta no es una situación más.”

En el comunicado la organización también exige “justicia por la piba y por todas las pibas víctimas de este sistema”, y pide la liberación inmediata de lxs detenidxs. Pero además publica la foto de Luis Carrizo, el policía violador, algo poco usual en los medios hegemónicos cuando se trata del victimario en casos de violencia machista, y mucho menos cuando hay policías involucrados.

Los Cortaderos, un barrio rehén de la violencia policial

Numerosas fueron las crónicas que desde este medio hemos realizado sobre diversos hechos y sus derivaciones judiciales, en las que el barrio de una u otra forma fue víctima del atropello de la violencia estatal en manos de la policía. Haciendo un rápido recuento, podemos hablar de casos de fusilamientos, persecución, ataques de distinto tipo y frecuencia, amedrentamientos, represión y hasta amenazas a periodistas por parte del entonces jefe de la Policía provincial.