El 25 de septiembre de 2013 el entonces comisario en Lomas de Zamora, Héctor Amarilla, fusilaba a Nicolás Vázquez de 18 años por robar una remera de un equipo de fútbol. Un año después la justicia pidió su detención en medio de una investigación que revelaba la burda causa armada realizada por Amarilla, que aún estaba en funciones. Se fugó, hacía cinco años era buscado, el fin de semana fue capturado, ahora queda esperar la fecha de juicio que la familia espera hace años.
Ex comisario de la policía Bonaerense, Héctor Amarill, hacía adicionales en un local de ropa deportiva el día en que Nicolás Vázquez de 18 años sustraía una camiseta de fútbol en dicho comercio. Amarilla salió a perseguir a Nicolás, a unas dos cuadras le da la voz de alto, el joven levantó las manos en señal de entregarse, y el entonces comisario de la Comisaría N 2 de Lomas de Zamora, le disparó en el cuello. Nicolás quedó tirado desangrándose, mientras Amarilla se iba del lugar. Luego se dispararía en una pierna y llegaría al hospital zonal indicando que lo habían baleado en un enfrentamiento con un delincuente, y entregando a sus superiores su arma y otra con el número de serie limado, que luego se sabría que pertenecía a un compañero de éste que la había denunciada como perdida.
El primer fiscal a cargo del caso Sebastián Bisquert creyó la burda versión policial y caratulando la causa como robo, dejando libre y en actividad a Héctor Amarilla, pero un año después la causa cayó en manos del fiscal Nicolás Kazewsky, con las pruebas recolectadas -las cámaras que filmaron la persecución, las testimoniales y los peritajes balísticos- demostró que el policía había mentido, y cambió la carátula acusando a Amarilla de «homicidio doblemente agravado por alevosía y por su condición de funcionario policial» y con el aval del juez de Garantías N° 3 de Lomas de Zamora, Gustavo Gaig, ordenó la inmediata detención.
Amarilla se fugó en el momento que supo de la orden de detención, se fue a Paraguay en 2014, la policía y la justicia lo sabían, emitieron un pedido de captura nacional e internacional y una recompensa de 200000 pesos. Mientras la familia de Nicolás marchaba y exigía justicia por el fusilamiento del joven en Argentina. Es que sin la presencia de Amarilla no era posible el juicio.
Un aviso de un evento familiar que podía hacer que Amarilla volviera alertó a la parte de investigación de Gendarmería, y el domingo por la tarde fue detenido en un allanamiento en una casa de su familia.
Ahora resta la celeridad judicial, que frente a la espera de 5 años de su familia por un juicio, luego de la inacción al inicio de la causa que permitió la fuga de Amarilla, está expectante de la fecha de juicio para encontrar un poco de justicia y de paz por el fusilamiento de Nicolás.