Un prefecto mató en la madrugada de ayer, con su arma reglamentaria, a un automovilista de 41 años en un peaje en Retiro, Buenos Aires. Fue tras una discusión de tránsito. Ambos estaban acompañados por sus esposas e hijxs. El miembro de las fuerzas represivas, cabo primero de Prefectura, está detenido.

El hecho se produjo cerca de las 2.30, tras una discusión que se habría desatado por un roce entre los vehículos y que derivó, primero en una pelea a golpes de puño, hasta que Daniel Jesús Acosta, de 28 años, y miembro de la prefectura, sacó su arma de fuego reglamentaria y le disparó en el pecho a Damián Cutrera, el otro conductor, provocándole la muerte inmediata.

Al haber testigxs y cámaras de seguridad del peaje registrando lo sucedido, no hubo posibilidad de montar la habitual escena de «enfrentamiento» que suele ser la primera versión oficial tras hechos de este tipo.

De hecho, a las 2.33 de la mañana entró una llamada por un herido de arma de fuego que habría sido realizada por un empleado del peaje, quien se habría percatado de la situación. La ambulancia llegó a la escena «y se encontró con la víctima con una herida en el tórax y en paro cardíaco», explicó el titular del Same, Alberto Crescenti. «El impacto fue mortal», agregó.

En la causa que investiga la Justicia, el prefecto quedó acusado por la figura de “homicidio agravado por el uso de arma de fuego”.

Este asesinato a quemarropa se produce en el contexto de la «Doctrina Chocobar», a partir de la cual desde el Gobierno Nacional se viene fogoneando el uso a discreción de las armas reglamentarias, mostrando su apoyo público a todo tipo de crímenes realizados por integrantes de las fuerzas represivas del estado; proyectando asimismo cambios en la legislación para que todo crimen realizado «en servicio» sea considerado directamente como legítima defensa.