El 22 de febrero de 2017, el policía, Rodrigo Maximiliano Velardo Bustos (25) asesinaba con un disparo a quemarropa en el tórax, al joven carlospacense Franco Amaya (18). Familiares, amigxs, vecinxs, organizaciones y artistas locales acompañaron ayer por la mañana a la familia en un emotivo homenaje en su memoria.
Lxs familiares exigieron justicia, pidieron QUE SE FIJE FECHA PARA EL JUICIO e intervinieron con pancartas el lugar donde Franco fue visto por última vez. También se desplegó en un poste un cartel con su rostro y se pintó su nombre en el asfalto. Asimismo se pidió solicitar el cambio de nombre de la calle “Los Gigantes” por la de “Franco Amaya”.

Se hicieron presentes y expresaron su solidaridad organizaciones como la Coopi (Cooperativa Integral en Carlos Paz), representantes del Colectivo de Jóvenes por nuestros Derechos, e integrantes de la Coordinadora de Familiares de Víctimas de Gatillo Fácil.

Durante la etapa de investigación las pericias indicaron que los dos policías que fueron imputados Rodrigo Maximiliano Velardo Bustos (25) y José Villagra (22) al momento del hecho tenían alcohol en sangre (0.87 y 0.84 mlg) con la consecuencia de generarles, “comportamientos incoherentes al ejecutar tareas, perdida de discernimiento y frenos inhibitorios”. El policía que asesino a Franco recibió un arma con solo 6 meses de antigüedad en la fuerza.
Aquella madrugada del 22 de Febrero de 2017 .
Según la acusación de la fiscal de 3er turno de Villa Carlos Paz, Jorgelina Gómez el hecho sucedió entre las 1:30 y 2:15. Franco Amaya se dirigía a su casa, con su primo Agustín, en una moto Yamaha 125cc, a buscar una camisa para ir al baile de cuarteto de Ulises. En intersección de calles Alem y Los Gigantes en Carlos Paz, se dieron con un control policial pero la moto tenía problemas en los frenos, y esquivaron al policía Bustos, para no chocarlo. Bustos sacó su arma. Agustín le hizo señas que no dispare y aun así gatilló a quemarropa en el torax de Franco. Cayeron a unos metros y mientras agonizaba, Agustín quiso auxiliarlo pero comentó que el oficial José Villagra (22) le decía que esperara la ambulancia y no lo dejaba parar autos ni taxis. Finalmente Franco pudo ser traslado en un auto particular, pero ingresó ya sin vida al hospital Gumersindo Sayago a causa de un paro cardiorespiratorio.
En aquella jornadas a medida que se iban conociendo los detalles del asesinato, lxs vecinxs de Carlos Paz, se autoconvocaron frente a la Unidad Departamental Punilla exigiendo la palabra del comisario mayor Ángel Costero al respecto del hecho. La situación fue tensa debido al enojo de lxs vecinxs por el silencio de la institución. Hubo 10 manifestantes detenidxs – 4 menores – que a su vez denunciaron que lxs hicieron desnudar, y les propiciaron golpes y maltratos durante la estadía en la comisaria. La fiscal Gómez lxs imputó por daño calificado pero era tal la crisis de la departamental que pasadas las horas el Jefe y el Subjefe eran temporalmente separados de sus cargos para una investigación interna.
Bustos quedó detenido en Bouwer e imputado por el delito de homicidio calificado por su carácter de funcionario público y por el uso de arma de fuego. La pena que le correspondería es la cadena perpetua. Gracias a testimonios y por un video de esa noche, el otro policía Villagra al menos fue retirado de la fuerza y acusado por incumplimiento de sus deberes de funcionario público. Conserva su libertad pero podría agravarse su situación durante el juicio. En el expediente descargó toda la culpa a su compañero.
La versión policial
La policía se justificó diciendo que los jóvenes no acataron la voz de alto. Fue tal la incoherencia que a los días, Diego Hak el secretario de seguridad de la provincia anunciaba un nuevo protocolo policial en los controles. En la página 12, en el punto 4, del anexo3, bajo el titulo “Vehículo que evade el control policial” el protocolo reza: “En ningún caso de evasión o fuga se apelará a la persecución por parte del móvil afectado al control vehicular ni al uso del arma de fuego.”
Link: PROTOCOLO DE CONTROL VEHICULAR POLICIAL URBANO
Lo cierto es que los pibes no evadieron nada, sino que no pudieron frenar, incluso esquivaron al policía para no chocarlo. Tampoco venían de robar un departamento como escucho decir Laura Cortez, madre de Franco, y aún en el caso, tampoco la policía debía haber disparado. Además la fiscal confirmó que no se secuestraron armas y que no hubo enfrentamiento alguno.
Se esperaba que el juicio, que lleva adelante el abogado Carlos Nayi, comenzara a principio de este año pero aún no ha logrado que le fijen fecha cierta.