Julian Alvez, dos años de silencio judicial

El 19 de septiembre de 2015 Julián, de solo 20 años, que estaba comenzando una nueva etapa de su vida, fue asesinado por la policía de un tiro en la cabeza, en un hecho confuso -como muchos en los que la policía participa- dentro de su domicilio, luego de que vecinos testigos escucharon a Julian suplicar por su vida. No conforme con haberlo asesinado, la policía quiso tapar el hecho diciendo que Julián -ese mismo de la sonrisa amplia y los ojos luminosos- se había suicidado.

“Julián era un joven de 20 años que tenía sueños y proyectos, una madre, un padre, dos hermanas, amigos y una compañera. Hacía un mes que vivía sólo, manteniendo los gastos con mucho trabajo. Una persona alegre, educada, respetuosa, fiestera, amorosa y muy querido por su familia y amigos, pero crecer en el barrio lo condenó a muerte”, con estas palabras, su hermana Lucía Membribes, se acercaba a la segunda marcha nacional contra el gatillo fácil, para contarle al mundo sobre Julián.

Una vez más la policía de Córdoba quería tapar uno de sus tantos fusilamientos con un suicidio. “Estaban persiguiendo a alguien, y entraron a la casa de Julián”, cuenta Lucía, quien lucha incansablemente desde que pudo entender que nada de la versión policial era creíble. “Tarde meses en reaccionar y digerir lo que la policía nos quería hacer creer, ahí empece a luchar”, reflexiona la joven cuando cuenta sobre el camino que le ha tocado y ha elegido emprender, pidiendo justicia por su hermano.

Una causa que no avanza

Hace dos años de que la policía decidió quitarle la vida a Julián, y que también decidió que final le “contaría” a su familia. A nivel nacional, esta práctica de “suicidar” personas, por parte de la policía -a semanas de cumplirse 4 años del asesinato pasado como suicidio de Jorge Reyna, y de Vanesa Castaño- es lamentablemente frecuente, un procedimiento donde, aparte de haber un vacío legal (la mayoría de las causas quedan caratuladas como abandono de persona, o apremios ilegales), cuenta con la complicidad de la justicia, los forenses, etc. La policía no podría matar de esta manera sin la clara y directa complicidad de quienes analizan la escena y el cuerpo. Así es como el camino de justicia por Julian Gonzalo Alvez de 20 años, ha entrado por el mismo pedregoso camino que ingresan todas las causas de asesinato pasado por suicidio, a manos de una fuerza represiva del estado, donde la lucha, la visibilización, el recuerdo, se logra en las calles, en las movilizaciones, en charlas, en fotos, en los rostros y en las palabras de aquellos que luchan por lxs pibxs.

A continuación podes ver la intervención de Lucia Membribes, hermana de Julian, en el Panel Contra la Impunidad, realizado el 17 de abril de 2017, en el marco de las actividades por el juicio por #JusticiaPorDavidMoreno:

“Lo único que me queda es rezarle a dios y pedirle que los golpes no me hagan sentir tanto dolor y que me lleve rápido, al cielo… al cielo de los renegados, yo no quiero ir al vip, yo quiero encontrarme con Yamila Cuello, con Vanesa Castaño, con Ismael Sosa, con Rodrigo Sánchez, con Nicolás Nadal, con mi hermano Julián Álvez, con Facundo Alegre, con Miguel Torres, con Juan Alarcón, Lautaro Torres, Jorge Reyna, Ezequiel Barraza, David Moreno, Braian Guaiman, Ivan Rivadero, Güere Pellico, con Angelo, con Santino Cabanilla, Mauricio Araujo y con los 30.000 compañeros y compañeras desaparecidxs.

Y así, sin más, mi gorra quedará manchada con sangre, pero su gorra quedará manchada con indiferencia, porque vos rati, te olvidaste que venimos de la misma villa y la misma cuadra…” (Extracto del texto escrito por Lucia Membribes, hermana de Julian Gonzalo Alvez

 

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