Por: Eugenio Ernesto Talbot Wright / Hijo del militante desaparecido, Héctor Eugenio Talbot Wright de la organización Montoneros; Para Mucho Palo Noticias.
En julio de 1977 Iris Nélida García Soler, «Susuki», militante de la organización montoneros comenzaba su trabajo de parto en la Escuela de Mecánica de la Armada.
Iris, asesinada y desaparecida tardó 40 años en dar a luz a su hijo al cual conocemos hoy como el nieto 122.
Fueron 40 años en los cuales pujó ininterrumpidamente mientras se demonizaba la militancia de quienes participaron de la lucha revolucionaria en las organizaciones armadas.
Pujó durante los levantamientos carapintadas. Con las leyes de punto final, obediencia debida e indultos.
El útero desaparecido y oculto de Iris se contrajo dolorosamente ante los ojos perversos de la santa Iglesia católica, y su movimiento familiar cristiano.
Dolores que siguen padeciendo casi 400 parturientas detenidas desaparecías cuando un papa promete entregar información sobre los niños nacidos en cautiverio y calla impunemente. Cuando el estado pone nuevamente en marcha la maquinaria negacionista, libera genocidas y negocia con los civiles responsables del terrorismo de estado.
Susuky en abril del 2017 terminó de parir a a un hombre que hoy tiene que encontrarse con su historia.
Sin duda sus padres lo soñaron viviendo en un mundo justo y libre.
Sin embargo el aparato represivo continúa. El estado sigue violando los derechos humanos garantizando la impunidad de los Massot , los Blaquier o la sagrada familia judicial, manchada desde hace siglos con la sangre de sus víctimas.
Permitiendo la existencia de códigos de faltas o de convivencia.
Utilizando a las fuerzas policiales para perseguir, amedrentar, secuestrar torturar y asesinar a los jóvenes humildes, a los que reclaman, a los que luchan. Sometiendo al pueblo trabajador al hambre y desamparo.
Ojala que cada nieto recuperado, cada logro de las organizaciones sociales nos haga entender lo mucho que aún nos falta conquistar.