“..Sigo pensando que los años pasan y no se recuperan. Por eso hay que vivir la vida minuto a minuto, y encontrar en cada uno de ellos un motivo por el cual conducirse en la forma correcta.”.. Ivan Rivadero, año 2008, desde su encierro en Complejo Esperanza.
Por: MPN: / Un 13 de mayo del 2013, Ivan Rivadero de 23 años aparecía “suicidado” en su celda del pabellón 12 con el borde de un buzo en el penal de San Martín.
Ante la entrega del cuerpo, la familia observó golpes, quemaduras y puntazos en el pecho y en la espalda. En el camino de pedido de justicia, la familia comenzó a desplegar distintas estrategias para llegar a una certeza de lo que le había sucedido a Iván: Fernanda, la hermana y su mamá en un acto de valentía, fotografiaron el cuerpo de Iván, una vez entregado por la morgue judicial. Como lo hacen, lamentablemente tantas otras familias cuando el sistema penitenciario les quiere vender un suicido por un vil y perverso asesinato de parte de la misma institución, que debería velar por la integridad al menos física, de la persona privada de su libertad. Las fotos tomadas revelaron mucho más que un suicidio, había evidentes marcas de golpes, quebraduras en sus hombros, moretones inexplicables en sus dedos, y en su torso, pero lo más alarmante son dos marcas de arma blanca en la espalda y una en el pecho, que coinciden con las manchas de sangre que tenía su ropa, al momento de su deceso y que fueron entregadas a su madre. Estas imágenes fueron las pruebas que trazaron el camino del pedido de justicia por Iván desde sus familiares, amigxs y Organizaciones Sociales y de Derechos Humanos.
Desde aquel 13 de mayo la justicia no ha avanzado en la causa, está “cajoneada”, indica la hermana de Iván, Fernanda Villagra, quien no ha bajado los brazos por conseguir justicia por su hermano, y mantiene vivo el recuerdo del joven cotidianamente: “era alegre, compañero, se juntaba en la canchita, o en la esquina, cantaba y bailaba, escribía mucho, me escribía cartas todo el tiempo, a pesar de los errores que cometió, no era malo”, recuerda con cariño a su hermano. Fernanda también nos cuenta con mucho dolor que “no solo no podemos avanzar en la causa porque la justicia no avanza sino porque la única manera de investigar es que nosotros pidamos pericias que debemos pagar de nuestro bolsillo, y no lo hemos podido hacer. Yo me quedé sin trabajo cuando nacio mi bebe y se me hace imposible costearlo”.
A la parálisis que sufre la causa, se le agrega la situación del penal donde Ivan se encontraba alojado, el lugar de las pruebas de su asesinato fue cerrado y vaciado cuando hace casi dos años el gobierno de la provincia de Córdoba decidió cerrar el penal y trasladarlo a Bouwer, con la intención de hacer un emprendimiento inmobiliario en el mismo predio. Esto generó reclamos y denuncias, ya que sobre el penal pesan causas relacionadas tanto a la última dictadura militar, como a causas de violaciones a los derechos humanos, torturas, y asesinatos en el periodo democrático actual. Si bien el 12 de mayo del año pasado el Juez Federal N°3, Miguel Vaca Narvaja tomó la desición de “no innovar” por considerar que el edificio debe preservarse en resguardo de prueba para investigaciones en curso sobre casos de violaciones a los Derechos Humanos, poco se sabe del estado del mismo en el interior al respecto de la edificación y el mobiliario que haya tenido en el pasado, y si bien en octubre del año pasado se dictaminó que el penal se convertiría en un museo de la memoria, continua vacio y poco se sabe del proyecto.
Los suicidios en las cárceles y comisarías continúa hoy sucediendo en nuestro país casi como si fuera un protocolo de actuación en estas instituciones para ocultar la falta de cuidado y garantías de derechos de las personas que se encuentran privadas de su libertad. También continúa siendo una materia pendiente judicial ya que no hay hasta la fecha carátulas que revistan el carácter de homicidio cuando de estos hechos se trata, aun cuando las pruebas y entramado corrupto de cada área del estado que debe aportar para encubrir este tipo de asesinatos salten a la vista de cada declaración y prueba que las familias hacen cuando se enfrentan a un caso de estas características.
Hoy a las 15 horas en el barrio donde vivía Ivan, en Villa del Nylon se realizará un mural, junto a sus familiares y amigxs. Con motivo de cumplirse tres años de su muerte y para seguir exigiendo justicia.