Este año se cumple el 40 aniversario del golpe genocida que inició una de las etapas más oscuras de la historia reciente de nuestro pueblo. Aquel 24 marzo de 1976, las clases dominantes, su estado y sus fuerzas represivas, decidían iniciar una nueva dictadura militar que pusiera punto final al movimiento revolucionario; que no se conformaba solamente con defender sus derechos y conquistas, sino que se preparaba para disputar el poder político y social. La receta de la dictadura militar, formada en la Escuela de las Américas dirigida por EE.UU, implicó la persecución y la muerte, pero también la tortura, la desaparición y exterminio, de todos aquellos actores que tuviesen contacto con el movimiento político y social, crítico y combativo.
Aquí, en la provincia de Córdoba, cuna del Cordobazo, el Vivorazo, el sindicalismo combativo y antiburocrático, la dictadura se propuso no dejar ningún rastro del movimiento revolucionario. Hace pocos años, a partir de los testimonios en el marco del juicio por “La Perla”, se dio a conocer que una de las imprentas del Partido Revolucionarios de los Trabajadores-Ejército Revolucionario del Pueblo (PRT-ERP), funcionó como Centro Clandestino de Detención luego de ser desbaratada. La misma, ubicada en el barrio Observatorio, fue una casa que funcionaba como imprenta de donde salían las ediciones de «El Combatiente» (órgano del PRT) y «Estrella Roja» (órgano del ERP). Funcionó a partir del ‘74 abasteciendo a Córdoba y todo el norte argentino, editando unos 70 mil ejemplares mensuales. El 12 de julio de 1976 fue allanada mediante un fuerte operativo militar y policial que estuvo a cargo del teniente coronel Carlos Alfredo Carpani Costa. Haciendo uso de esta casa, los militares decidieron vallar las calles paralelas y convertirla en un centro clandestino de detención y torturas, que funcionó al menos durante tres meses. De aquella casa salían grupos de tareas que secuestraba gente para ser detenida y torturada. Por aquella casa pasó Victoria Abdonur, militante del PRT-ERP que aún hoy se encuentra desaparecida. Allí también estuvo su hermana María Abdonur, María del Cármen Bártoli junto a su marido y a dos hermanos, y en el patio de la misma fue fusilado Benito Luna, también militante del PRT-ERP.
Como si esto fuese poco, el ejército realizó una y mil maniobras para apropiarse de la casa, al punto tal de inventar documentación falsa que pretendía mostrar la venta de la casa a una tal Juana Ercilia Bianchi de Jaroszowok, dando fe de ello la escribana Melba Rosa Catoira de Torchio. El problema es que la venta se habría realizado en abril del ´76 a una compradora que había muerto tres años antes. Abandonada por los militares, el juez federal Miguel Puga se sintió facultado entonces para disponer libremente de la propiedad y se la “prestó” a un empleado de Tribunales, Héctor Varela, quien la ocupa, junto a su familia, hasta el día de hoy.
Actualmente, los hijos de Hector Martínez y Victoria Abdonur, exigen esclarecer los hechos y reclaman a la justicia la entrega de la casa para que sea convertida en un centro a la memoria de sus padres.
Desde la Organización Política Hombre Nuevo e Izquierda Revolucionaria, convocamos a una jornada de señalización para dar conocer a la sociedad y visibilizar, que en pleno barrio observatorio funcionó un Centro Clandestino de Detención, donde diferentes militantes del PRT fueron secuestrados y torturados. Entendemos que aquella casa que se dedicó a imprimir ideas revolucionarias, poesía y literatura para el pueblo, debe reivindicarse como un lugar de lucha, de organización y de vida.
A 40 años del golpe genocida:
NO OLVIDAMOS, NO PERDONAMOS, NO NOS RECONCILIAMOS.
COMPAÑEROS DEL PRT-ERP CAIDOS EN LA LUCHA REVOLUCIONARIA, PRESENTES!!
30.000 COMPAÑEROS DETENIDOS, DESAPARECIDOS, PRESENTES!!
Organización Política Hombre Nuevo – Izquierda Revolucionaria.