Nombre: Pablo Alejandro Márquez. Condena: 3 años de prisión. Caratula: Abuso de autoridad y coacción. Motivo: ordenar detenciones arbitrarias a sus subordinados desde su puesto como comisario. La sentencia fue leída el 5 de noviembre. El juicio se realizó en la cámara 6ta. del Crimen. Con jurado popular.
Y ese jurado popular no le bastó los 3 años. En ese mismo día, en esa sentencia, en ese 5 de noviembre, lxs vecinxs del tribunal popular pidieron a su vez la detención inmediata de Márquez. Dicho y hecho, el tribunal ordenó trasladar a Márquez a la cárcel de Bouwer, inmediatamente después de leerse la sentencia.
Desde su puesto como comisario del CAP 8, Pablo Márquez premiaba a todo aquel subordinado que lograse juntar la mayor cantidad de detenciones posibles. “Quiero que me traigan un colchón de detenidos”, le decía Márquez a los cabos. Todo pibe que merodea, va para la comisaría. Un punto extra, cabo. “Cuadro de premiación”, comentó un testigo durante el juicio.
Es la primera vez que la justicia mete preso a una autoridad policial por la aplicación habitual al Código de Faltas. Ocho años que pasaron de la primera Marcha de la Gorra. Toda denuncia, toda realidad, todo padecimiento, todo reclamo fulminó en esto, en un juicio. Un antecedente para otros más.
El tiempo es muy largo. Y quizás inmediato. Aunque pase mucho tiempo, la urgencia hace que todo se torne inmediato. El pedido por derogar el Código de Faltas es algo que se ha mantenido por años. Y es un reclamo inmediato. Lo de Márquez fue inmediato.
Los fundamentos de la sentencia se conocerán el día después de la Marcha de la Gorra. Inmediatamente después de concluir la jornada.