Por: Radio La Megafónica / Este no es el parte de la policía, tampoco la voz de la Jueza, ni del sistema judicial, ni la reproducción de un medio sobre estos discursos «oficiales». Algo no nos cerraba en todas estas versiones, y decidimos recurrir a la voz de su familia, la familia de Joel, que curiosamente, NADIE, ningún medio se ha interesado en escuchar.
Carlos Joel Sola Garcia. Joel.
A las 2 de la mañana, Joel es detenido por la policía de Villa María por supuesta tentativa de hurto, sin informar ni a su madre ni a su hermana. Joel tenía 16 años, y la policía prefirió actuar como si de un adulto se tratase.
Cuando lo detienen, Joel estaba bajo efectos de psicotrópicos (como el clonazepam); no lo detienen en el supuesto lugar del hecho sino en la habitación de la pensión que compartía con su padre y le secuestran un par de zapatillas (que le pertenecían). En ese estado se lo llevan, casi inconsciente, arrastrándolo ¿No hubiera sido lógico llevarlo primero a un centro asistencial o al hospital para verificar su estado de salud?.
Él sabía que lo iban a trasladar a Córdoba, el lugar: «Complejo La Esperanza», donde la familia en ocasiones previas le había manifestado a la jueza Fernández que Joel había sido abusado sexualmente; la sugerencia de la Funcionaria de la Justicia ante esta situación fue que NO se realice la denuncia sobre estos abusos para evitar nuevos casos de violencia contra él. Cinismo puro.
Según la versión policial Joel ingiere, dentro del destacamento, una tapita de gaseosa para demorar la inminencia del traslado. Con mucho miedo, intenta ahogarse. Sin que las fuerzas de seguridad le expliquen lo que sucedía a su familia, que estaba en la comisaría, lo llevan hasta el Hospital Pasteur. En 10 minutos le hicieron una placa que nadie vio, y lo subieron a un móvil de la CAP (Comando de Acción Preventiva). Si supuestamente Joel presentaba un cuadro de intoxicación, ¿por qué no se le realizó un lavaje estomacal? ¿Los médicos estaban informados de la situación del joven? ¿El hospital no debería haber realizado los chequeos o medidas necesarias? Si supuestamente Joel presentaba un cuadro de sobredosis ¿No debería haber quedado internado? En su lugar, se decide su traslado al “Complejo La Esperanza”, un eufemismo para hablar de una cárcel para menores. ¿Estaba en condiciones de ser trasladado dos horas y media hasta Córdoba en un móvil policial?
¿La familia de un menor no debería firmar una autorización para trasladarlo?
La falta de información expone la perversidad del sistema, que le quita el derecho a sus familiares de conocer fehacientemente qué pasó con Joel, evidenciando, una vez más, el sistemático accionar de las “fuerzas de seguridad” y sistema judicial. Ni la policía, ni la justicia – puntualmente la Jueza Cecilia Fernández – , ni el Hospital, pueden explicar en las condiciones en las que se encontraba, por qué deciden su traslado y bajo qué circunstancias se produjo su muerte. La policía actúa con total impunidad, pero al mismo tiempo lo hace con la complicidad del sistema judicial, y de todo un entorno institucional que viola sistemáticamente los derechos humanos.
EXIGIMOS QUE SE SEPA LA VERDAD DE LO QUE LE PASO A JOEL
HACEMOS RESPONSABLES DE SU MUERTE A LA POLICÍA DE VILLA MARÍA, A LA JUEZA CECILIA FERNÁNDEZ Y AL HOSPITAL REGIONAL PASTEUR DE VILLA MARÍA.
DENUNCIAMOS LAS CONDICIONES INHUMANAS DEL COMPLEJO LA ESPERANZA Y LOS ABUSOS HACIA LOS JÓVENES QUE ALLÍ SUCEDEN
NI UN/A PIBx MENOS