El miércoles 29 de mayo de 2013 se realizó en Villa La Maternidad un corte en la calle Agustín Garzón para exigir al gobierno provincial una respuesta ante la nueva amenaza de desalojo. Tres días después, el sábado 1º de junio, la División Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Córdoba realizó un violento allanamiento en la villa que duró siete horas. Este operativo se realizó meses antes de que se conociera públicamente las vinculaciones de la Policía Provincial con las redes del narcotráfico.
En diálogo con Mucho Palo Noticias, Marta Sánchez, vecina de Villa La Maternidad, relata cómo ocurrieron los allanamientos y las detenciones. Marta relata que a las seis de la mañana oficiales de la División Lucha contra el Narcotráfico irrumpieron violentamente en su vivienda destruyendo puertas y aberturas en busca de drogas. Ella se encontraba con sus hijas en la casa. Las gravísimas irregularidades y violación de derechos constitucionales de este procedimiento van desde la cuestionable actuación de la testigo, la denuncia del robo de dinero por parte de agentes policiales hasta una amenaza con el arma reglamentaria durante el traslado a la UCA (Unidad de Contención al Aprehendido).
MPN: ¿Cómo fueron los allanamientos y las detenciones?
MS: Estaba sola con las chicas (hijas). Entraron porque buscaban droga. La testigo no me ayudó porque no sé ni de dónde salió. Con la testigo me fue todo en contra. La testigo no veía una miércoles porque en sus ojos la policía me robó plata y ella no hizo nada. Al contrario, firmó la orden de allanamiento que supuestamente de acá se sacaba tanta cantidad de droga y tanta cantidad de plata. Si ella hubiese estado para ayudarme, ella hubiese dicho “Esa no es la plata que ella me dio” porque a la plata se la di a ella, no se la di a la policía, se la di a la testigo.
MPN: ¿Firmaste algún documento?
MS: Me querían hacer firmar un papel que decía que yo tenía $ 2.300, que son mentira porque yo tenía por un lado $ 8.500 que eran para el cumpleaños de mi hijo y tenía $2.880 aparte, para mandar a Bolivia para comprar dos docenas más de camperas, de las cuales lo único que hay son $2.300, o sea que la otra parte se perdió. No firmé nada y hubo un tironeo. Se joden ellos (policías) porque yo tengo cómo justificar esa plata, es más ya la justificamos. No sé por qué no me la devuelven.
MPN: ¿A qué te dedicás?
MS: Soy vendedora ambulante. Cuando a mí me hacen el allanamiento le dije que era vendedora ambulante y me preguntan por la mercadería y le digo “Acá no traigo más mercadería por X motivo que le expliqué en ese momento. Si no me creés conversá con el comisario de la Quinta”. Hará como dos años hicieron un allanamiento en conjunto en el que a mí me llevan un montón de mercadería, que el comisario de la Seccional Quinta me la hace devolver a la semana porque le fui con la verdad. Yo no tenía cómo justificar esa mercadería porque yo la traía de Bolivia. En ese tiempo eran camperas, conjuntos de gimnasia de niños y toallitas de manos. Me hizo demorar para devolver esa mercadería como una semana más o menos pero a todo esto yo iba todos los días. Cómo será que entraba a la (Comisaría) Quinta y el policía que estaba de guardia me decía cuando me anunciaba con el comisario, le decía “La señora de la ropa”.
MPN: ¿Qué paso después de que te detuvieron?
MS: Me llevaron a Lucha contra el Narcotráfico en Barrio Jardín. Estuve ahí hasta las seis de la tarde. A esa hora me sacan a mí. De ahí me llevan a los hospitales habidos y por haber. En ningún hospital me querían atender porque el médico forense dijo que yo tenía panza y me tenían que llevar a La Maternidad (Hospital provincial) a que me hagan un evatest para verificar que no estaba embarazada para que me recibieran en la UCA. A todo esto me llevaron al (Hospital) Misericordia. De ahí como no me pudieron atender. Ahí me hacen un ultrasonido pero como no se detecta embarazo me hacen un certificado que ellos no detectan embarazo. Digamos el certificado no decía que no estaba embarazada. De ahí nos llevan al CROM, a la UCA y de ahí no me aceptan yo no tenía un certificado que dijera no estaba embarazada. De ahí me llevaron al (Hospital) San Roque. Ahí me llevaron por todo el hospital esposada. Te imaginás, el allanamiento fue a las seis de la mañana, sin tomar agua, loca de hambre, mal.
MPN: ¿Qué hora era?
MS: A todo esto eran como las diez de la noche. Cuando me llevan al médico forense ahí sí pude hacer pis porque te piden un análisis de orina. Me llevan a la UCA y de ahí me traen a La Maternidad (Hospital). Te imaginás, el policía como loco. Estaba re loco porque la mujer lo llamaba y lo llamaba porque se tenía que ir. Como será que tenía el alta voz y se escuchaba todo. Lo trataba de “Pelotudo, que venite, que mirá la hora que es, que tenemos que ir al cumpleaños de la madrina del nene”. El desgraciado tiene un bebé. Tiene un año, el bebé de él tiene once meses, porque él hablaba con otro policía y le contaba vida y obra.
MPN: ¿Y a vos que te decía el policía?
MS: Mientras me llevaba de la UCA a La Maternidad, no veía la hora de llegar a La Maternidad y que me digan “No señora, no está embarazada” y que me reciban en la UCA porque el tipo me amenazaba, me decía que si a mí no me llegaban a recibir en La Maternidad para hacerme un Evatest que dijera que no estaba embarazada y si él me tenía que llevar a Bouwer, me iba a bajar en el medio del campo y me iba a pegar un tiro y me iba a dejar ahí y que después le iba a decir a sus superiores de que yo me quería escapar. Mientras tanto los dos policías que estaban con él se cagaban de la risa.
MPN: ¿Eran dos varones?
MS: Eran dos varones y una mujer. Bueno, a todo esto tantas amenazas, tantas amenazas, yo soy re picuda, yo no me puedo quedar callada y le decía “Vos podés decir cualquier cosa pero sabés de que no me podés tocar. Vos sabés que no me podés tocar”. «Pero te voy a agarrar culiada, cállate, te voy a cagar a trompadas» me decía el policía. Eso fue hasta que llegamos a La Maternidad. Cuando me bajé del auto en La Maternidad Provincial para mí desgracia no había nadie en la puerta. La policía que estaba conmigo era rubia grandota que me llevaba de las esposas y el oficial que manejaba me tenía del cuello contra el móvil y me decía “Ojalá que te atiendan acá porque no sabés la que te voy a hacer si te tengo que llevar hasta Bouwer”. Yo decía “A la mierda, este tipo me va a reventar. Si me tiene que llevar a Bouwer algo me va a hacer”. Además de las amenazas, ¡cómo venía en ese auto! Entramos a La Maternidad, que habrán sido como las doce, y la policía que estaba conmigo le dice a la de la guardia que necesitaba un Evatest para que después me hiciera un certificado que dijera que yo no estaba embarazada. Bueno, me dan el Evatest, vamos al baño, entra también conmigo la policía. Vos te imaginás todo el día sin comer y sin tomar agua qué ganas iba a tener de hacer pis. La cuestión de que pude hacer pis pero en el Evatest no se notaba porque tiene que estar bien mojado. Fuimos de nuevo a verla a la médica y me dice que lo tenía que hacer de nuevo, que no servía porque no se había marcado nada. A todo esto la policía también me verdugueaba en el baño, «Que dale, que tratá de hacer pis, que relájate». Que te vas a poder relajar si no has tomado ni un vaso de agua en todo el día. Me dice «Mirá, lo que vamos a hacer es, yo voy a hacer pis pero va a quedar entre vos y yo porque si no voy a andar dando vueltas con vos por todos lado». Yo, te imaginás estaba re cansada, tenía los nervios alterados, le dije que sí. La cuestión que hizo pis ella en el Evatest y dio negativo. Ese mismo Evatest lo llevamos a la guardia y ahí me hicieron un certificado que no estaba embarazada. Supuestamente la oficial no estaba embarazada porque yo en ningún momento hice pis porque no pude. Me hacen el certificado, pero para mí re viva digo yo porque no debe ser la primera vez que lo ha hecho a este truquito de hacer pis ella en un Evatest, porque yo le dije el Evatest lo tenemos que presentar en la UCA y me dice “No, tiralo”. Porque yo entre mis nervios y todo eso decía esto es una prueba de todo lo que me han hecho, porque si a ese Evatest le hacían un estudio ese no era mi pis. Bueno no pudo ser porque lo tiraron. De La Maternidad vamos al auto, y el policía que manejaba que tenía una cicatriz en el ojo, me decía «Menos mal Sara culiada. Ya te voy a poder dejar en algún lado”.
MPN: ¿Quién es Sara?
MS: No sé, porque era Sara de acá, Sara de allá y yo a todo esto le decía “Yo me llamo Marta”. “Vos sos una Sara culiada”. “Vos tendrías que estar agradecido porque tanto apuro que tenés por irte, el Evatest me dio negativo porque tu compañerita hizo pis y me vas a poder dejar en la UCA”. Y qué le dijo el que manejaba a la de atrás “Me imagino que lo tiraste al Evatest”, y ella le dijo «Está todo bien. Ya lo tiré». De ahí en la avenida del Dante no nos dimos vuelta porque tuve un Dios aparte. ¿Viste que el parque tiene todas esas subiditas, esas lomaditas? A todo esto tenía que esperar que lo llamaran para poder ir a la UCA porque no me iban a recibir. Ya eran más de las doce y media de la noche. Él tenía que llamar a la UCA y después esperar el llamado para que le dijeran que sí me recibían en la UCA. A todo esto los señores policías pararon a comer choripán. Como a los veinticinco minutos llaman de qué me recibían si tenía el certificado. Cuando arranca, que iba como un loco, cuando está la otra rotondita me dice “Pobre de vos que vayas a decir algo sobre el tema del Evatest. No. ¿Cómo se llaman tus hijos?” Yo idiota porque ya hablaba bien, le digo el nombre de mis hijos. “Mira vos, así se llama. Pobre de vos que digas lo que pasó mientras yo te llevaba para todos lados y que ella hizo pis en el Evatest porque sino tu hijo va a conocer a Jesucristo”. Te imaginás, yo casi me enloquecí porque yo sé lo que es perder una criatura. Yo casi me volví loca, lo re puteé. Yo le dije a la policía “¿Cómo podés vos permitir que él me trate así siendo que sos mujer?” y ella me contestó “Mientras vos estés esposada nada es problema mío”. Fue tal la desesperación que le agarraba a patadas de la parte de atrás del asiento porque yo decía “¡Hijo de puta! ¿Cómo me podés estar diciendo esto si vos acabás de decir que tenés una criatura de nueve meses? ¿Cómo vos vas a decir que vas a matar a mi hijo?” Qué no le dije porque me descontrolé. ¿Qué hizo? Pegó la frenada justo en la rotondita, se bajó, abrió la puerta, la hizo bajar a la tipa que estaba al lado mío, se arrodilló en el asiento, me agarró el pelo y me puso el arma en la cabeza y me dijo “Vos de mi hijo no vas a decir nada, che hija de puta, porque acá nomás te voy a cagar de un tiro”. Te imaginás yo después muda porque yo decía este tipo realmente es capaz de cualquier cosa. La verdad no me explico cómo puede ser que animales como esos se les pueda dar un placa, un arma.
MPN: ¿Te acordás de los nombres?
MS: No, pero está todo en el expediente, que yo a esto si lo declaré en tribunales. Yo quiero que el hijo de puta que amenazó a mi hijo también sea castigado. No me importa las puteadas que me haya hecho a mí pero lo que dijo de mi hijo sí me importa. Que la Provincia agarre y que saque esta porquería de policía que tiene en la casa que te roban, te amenazan, te maltratan, te tratan de lo último.
MPN: ¿Qué te dijeron cuando hiciste la denuncia en tribunales?
MS: Al principio nada y después le dijeron a mi mamá que la denuncia no era creíble y que iban a investigar.
MPN: ¿A vos en algún momento te entrevistó el fiscal?
MS: No. Es más cuando me llevaron a la audiencia y se leía de lo que se me acusaba, el fiscal dijo irónicamente “No está mintiendo. Negó los hechos pero sí declaró, pero declara que la policía le robó, que la policía la maltrató, que la policía le amenazó el hijo”, como desmintiéndome.
MPN: ¿De ahí te llevaron a la UCA?
MS: Sí, de ahí gracias a Dios me llevaron a la UCA. Entré a la una y media desde las seis media que estabas dando vueltas.
MPN: ¿Cuánto tiempo estuviste en la UCA?
MS: Ocho días estuve en la UCA y después me pasaron a Bouwer.
MPN: ¿Cómo te trataban en la UCA?
MS: Otro tema es el Servicio Penitenciario de Córdoba (SPC). Es una cagada. Como habrán sido esos ocho días que hubiese preferido que me manden a Bouwer. Te morís de frío.
MPN: ¿Cómo eran las condiciones de detención en la UCA?
MS: Pésima, mal. Cómo será…. Mi marido está preso en Montecristo. Tiene una excelente conducta porque él ya sale cada quince días, ahora empieza a salir semanal y eso se basa todo en conducta, eso se basa en el trabajo. Yo con mi marido hacía tres o cuatro días que no hablábamos desde el allanamiento. El día del allanamiento mi marido tiene salida, eso también, porque cuando él entra acá a mi casa lo cagan a palo. Los policías le preguntaron por qué estaba preso, el dijo que era por homicidio. Lo cagaron a palo porque él mató a un comisario. Yo estaba en la pieza y sentía cómo en el patio lo cagaban a palo. Yo quería salir y me empujaban y me pegaban. En un momento uno grandote me pegó un empujón. Si mi marido hace dieciséis años que está preso, está pagando su error, por qué la policía se ve con derecho de volverle a pegar.
MPN: ¿Cuándo estabas en la UCA no podías comunicarte con él?
MS: Cuando estaba en la UCA no podía comunicarme con él, no había manera. Nosotros nos comunicamos cuando él llama al fijo. Él habla con la directora, en ese sentido estoy muy agradecida con la directora de Montecristo que lo ayudó un montón a él. Él le explicó en la situación en la que estábamos y hubiese sido otra directamente se queja al juez y le suspende las salidas acá. Por orden de la directora, me pasan un llamado a mí a la UCA. Cuando a mí me llevan de la celda que son veinte metros, hablo y cuando me traen una empleada me dice ”Vaya a saber qué favor le hizo tu marido a la directora para que directamente te pasen el llamado”. Eso no se hace. El SPC buscándote la reacción. Después como a las cuatro de la tarde me llevan a Bouwer y ellos sin saber sino soy una asesina, una loca, si no puedo reaccionar con un cuchillo en la mano, directamente me mandan a la cocina cuando ahí trabajas con elementos, con cuchillos, tenedores, platos de vidrio, con vasos de vidrio porque está el casino. Ellos no saben cómo soy, ellos leerán por qué estás ahí pero qué saben ellos sino me agarra un ataque de locura, si me quiero matar o cortar las venas. O sea, cero responsabilidad.
MPN: ¿Hablaste con alguna psicóloga cuando entraste?
MS: No. Hablé con una psicóloga a los tres días de haber ingresado a Bouwer. Las Asistentes Sociales que están ahí no sirven para miércoles, porque vos decís estas ahí y te mandan a llamar ¿qué es lo primero que pensás?… que tienen alguna novedad y en realidad no pasa nada. Es más yo tenía problemas con una de mis hijas, porque ella al estar yo encerrada tanto tiempo, es como que quiso agarrar la calle por su cuenta: del colegio a acá, de catequesis a acá. ¿Te imaginás y yo encerrada? Tuve que mandar a que mi hermano se la lleve. Cuando me llama la Asistente Social le explico el motivo por el que quería que me ayude con la prisión domiciliaria porque supuestamente si sos Asistente Social vos también tenés que pechar ahí, ayudarnos. No trabajar para el Servicio Penitenciario sino para las presas, porque ahí es otro mundo, has perdido todo. ¿Qué me puede haber dicho cuando le explique el problema que tenia con mi hija? Me dice “¿A qué se debe que el cambio se ha tan repentino?”. Le digo “Hola Señora, estoy presa. Obvio, señora se debe a que yo estoy presa, se debe a que no tiene quien la maneje”. Y me responde “Ah claro, ¿y el papá?”. Le estaba diciendo que el papá es un cero a la izquierda, que ella al padre no le da ni cinco de pelota y la Asistente me sigue preguntando por el papá. Fue de terror la entrevista porque las Asistentes Sociales no sirven para nada ahí.
MPN: ¿Querés contarnos qué pasó con tu salud durante el encierro?
MS: Me agarro mucho dolor en una muela y tuve que esperar hasta que mi mamá fuera a la visita. Y me llevara una tira de Dorixina, una tira de Actron, porque no tienen nada en el Servicio Penitenciario. Para todo te dan “la pastillita mágica”. Y esas mujeres están totalmente sometidas con el tema de la medicación, están medicadas las veinticuatro horas del día, desde el mediodía hasta las doce te dan medicación, te dan media pastilla y a las nueve de la noche te dan una pastilla entera.
MPN: ¿Qué pastillas les dan?
MS: No tengo ni la menor idea pero la cuestión es que andan todas re mamadas, ni que se hubiesen tomado diez cajas de whisky juntas.
MPN: ¿Es obligatoria o la toman cuando quieren?
MS: No sé, pero la cuestión es que ahí gritan medicación y salen todas a la puerta. Cuando llaman por el altoparlante para la comida no salen y cuando llaman para la medicación salen como hormigas porque el único escape es estar empastillada porque lúcida no te lo aguantás. Tengo una amiga presa que tiene diabetes y la hija le tiene que llevar todo lo que es inyectable, las insulinas, porque el Servicio no tiene nada, ¿y qué va a pasar el día que la hija no pueda comprar o no pueda llevar?
MPN: ¿Pudiste ver camas de sujeción?
MS: Sí, yo a las camas de sujeción las vi en el ingreso-egreso, donde me hacen la primera requisa. Cuando ingreso a Bouwer había una chica en la pieza uno. Son tres piezas y están enumeradas 1, 2 y 3. A mí me requisan en la pieza numero 2 y al lado había una chica que gritaba y gritaba. A todo esto, a esa misma chica cuando me estaban requisando, casi la sacan desmayada porque se le había ido un algodón a la garganta. Un algodón que le puso una de las empleadas en la boca para que no gritara. Ahí te pueden matar que no se entera nadie. Esa chica estaba atada de piernas y manos y acostada en una cama, no en una camilla.
MPN: ¿Con qué la ataban?
MS: Como te explico… tenía brazaletes. No eran cadenas sino como una cuerda, algo así, tipo un cinto de cuero marrón.
MPN: ¿Tenés idea de cuánto tiempo están las mujeres en estas condiciones?
MS: Supuestamente depende de lo que hayan hecho. Por pelea yo creo que son 5 a 6 días.
MPN: ¿Y si quieren comer o ir al baño como hacen?
MS: Cuando a mí me dan la domiciliaria y me llevan de Bouwer a tribunales, había dos chicas ahí en ingreso-egreso que estaban de castigo. Mientras a mí me hacían toda la papelería para hacerme la domiciliaria, estas chicas habrán estado gritando como una hora para que las dejen salir al baño. Ese es Bouwer señor Gobernador. Esa cárcel modelo que usted dice, no está funcionando. Sino que es un modelo de tortura, de la época esa donde se torturaba gente y me parece que ya terminó hace bastante. Pero parece que el señor Gobernador se quedó en la época en que los militares te agarraban, entraban a tu casa y te ponían cualquier cosa para llevarte. Eso está haciendo él ahora cuando eso ya terminó. Porque él se tira contra los pobres porque los pobres no pueden defenderse, porque los pobres no tienen la plata que tiene uno que está en una situación económica mucho mejor. Porque ustedes pueden ver en la televisión cuántos casos de drogas, cuántos casos de estafa y con plata en la mano entraste hoy y saliste una hora después. El pobre como no tiene, al pobre lo maltratan, al pobre lo roban, al pobre lo tratan como si fuera basura y el pobre sí se tiene que quedar cuatro, cinco, siete años preso porque el pobre lamentablemente no tiene para pagarse un buen abogado. Yo no tuve para pagarme una fianza, para que entres hoy y salgas a la hora, porque la policía me robó todo lo que tenía. A mí la policía me dejó con una mano adelante y la otra atrás.
MNP: ¿Y qué te dicen de la plata que te robaron?
MS: Todavía no he podido hablar con el abogado. Yo tengo un escrito donde mi marido me autoriza a sacar diecisiete mil quinientos pesos del banco de Córdoba y está la fecha que la saque y todo.
MNP: Y una vez que saliste de Bouwer y te trajeron a tu casa, ¿cómo controlan que cumplas la prisión domiciliaria?
MS: Todavía la policía no ha venido a mi casa. Como ser el otro día me pegué un susto porque con la policía de la Quinta está todo re mal, porque vos acá no podés subir a comprar una gaseosa porque ya te pusieron que estás robando y te llevan y te meten alta biaba. No se puede ni salir. El otro día tenía que ir a tribunales pero a mí no se me citó. No se me dijo nada. El encargado de llevarme a tribunales era la Seccional Quinta. A todo esto la Seccional Quinta llamó a la fiscalía de narco y dijo que no había encontrado mi casa. Para mí nunca bajó a Villa La Maternidad, a mí me conoce todo el mundo. Cuando me llaman de la fiscalía y me dicen que como podía ser que el móvil de la seccional quinta no haya encontrado mi casa, les dije que no puede ser que hayan venido, porque mi casa se ve en pasaje público entrando a villa la maternidad.
MPN: ¿A qué hora dicen que se acercaron?
MS: Supuestamente vino el móvil a las ocho de la mañana, porque me llamaron de tribunales a las nueve y cuarenta y siete minutos. Me dijeron que no habían podido dar conmigo. Cuando yo la llamo a mi mamá y le digo que por favor se comunique con el abogado, no sea cosa de que llamen a tribunales y digan que vinieron a mi casa y no me encontraron porque me iban a hacer perder la domiciliaria, acá uno tiene que cuidarse de todo. Y que levante la mano el que no ha sido agarrado por provincia y que le hayan metido diez mil quinientos hechos. A todo esto mi mamá lo llamo a mi abogado, que es el doctor Luna y me llama mi abogado y me dice que me quede tranquila, que ahora mi mamá iba hasta la Seccional Quinta a explicarles donde quedaba mi casa. Cuando ella se presentó en la Seccional le dijeron que hubo una confusión, de que sí habían pasado pero habían estado en el pasaje Maimará pero para el lado del Barrio Kronfuss, y para aquel lado no está Villa La Maternidad y en mi expediente dice Pasaje Público Agustín Garzón y Pasaje Público Villa La Maternidad. Así que hasta de eso me tengo que cuidar, de la Seccional Quinta. Me tengo que cuidar de que la Quinta no vaya a querer mandar un informe a tribunales diciendo que yo no estoy en mi casa, cuando yo no asomo ni la nariz.
MPN: ¿Y cómo se vive acá en la villa el día a día?
MS: El día a día con la Comisaria Quinta es de terror, por ejemplo acá los chicos de tres, cuatro y cinco años van y vienen porque es el único espacio que tienen para jugar y al menos es donde yo los puedo estar controlando. Y para darte un ejemplo, ayer bajó la Quinta a la piecita del frente porque supuestamente habían robado una bicicleta. Habrán sido como a las cuatro, cinco de la tarde. Supuestamente habían robado una bicicleta, ¿una bicicleta señor oficial no entra debajo de un ladrillo para que usted este levantando hasta los ladrillos de la piecita? Ahí había dos chicos que les decían “Ponete contra la pared”. Desde la ventana de mi pieza se veía justo.
MPN: ¿Y ayer a la tarde detuvieron a dos chicos más?
Sí, a la vuelta. Acá el día a día es así. Como ser a mi hija después de las siete de la tarde no la dejo salir. Si yo necesito comprar algo le pido a un vecino y a veces él me dice “Voy con tu hija” porque si va solo lo para la policía. Es un chico que tiene antecedentes pero hace cuatro años que ya está en la calle trabajando de changas y las veces que ha ido a jugar fútbol atrás de la Quilmes y lo para la policía. El otro día vino a contarme que lo habían parado y que la policía le había pegado, que se lo querían llevar cuando estaban jugando al fútbol. O sea, acá ya no pueden salir a jugar al fútbol porque somos “los negros” de Villa La Maternidad, porque no vivimos sobre la calle Agustín Garzón, porque si vos te ponés a pensar ¿cuándo han molestado los pibes que viven acá arriba? Si están tomando una cerveza o cuando sacan el metegol afuera ¿cuándo un móvil fue a molestar a un pibe que vive acá no más, y su casa está en la Agustín Garzón? Nunca.
MPN: ¿Esta persecución policial puede significar una persecución política?
MS: Sí, yo digo que sí por el tema del bendito puente Letizia. Yo estuve en un montón de cortes y muchos vecinos del Pasaje Letizia. Ves, da todo a que pensar. También la policía detuvo y reprimió a dos jóvenes que viven en el Pasaje Letizia donde va a pasar el puente. Con qué necesidad decime, si supuestamente la policía dice que a uno lo venía siguiendo desde el mercado, por qué lo dejaron llegar hasta la casa, cuando son como seis, siete cuadras, por qué no lo agarraron antes si supuestamente era por un robo. Lo dejaron llegar hasta la casa y justo vive en el Pasaje Letizia donde está interfiriendo el paso del puente. Porque si va a ser así que el señor gobernador nos diga “O se van o todo el mundo va a terminar en Bouwer”, y cada uno ve qué hace.
MPN: ¿Creés que esto sea una forma de desalojo encubierto?
MS: Obvio, el gobierno manda a la policía a hacer allanamientos, inventa causas, hay amenazas. Porque si bien, no lo está haciendo como la otra vez que se desalojó la villa y nos decían “Vos tenés la obligación de darle un techo a tu hijo y mirá donde estás criando a tu hijo” y que “Si no te vas te voy a desalojar” y que “Te voy a tirar el rancho”. Esta vez lo está haciendo con un poquito más de fuerza, porque De la Sota ahora te manda la policía a que te pegue, a que te robe, a que te persiga por todos lados. Ya no podés comprar al frente de tu casa ni un chupetín porque si fuiste a comprar un chupetín y te ven con algo en la mano o te ven hablar con un vecino, estás haciendo una tranza y así te llevan presa. Si vos te ponés a pensar, la policía por cada allanamiento, por cada detenido que lleva es un ascenso. Bouwer está lleno; no entra más una mujer. Acá tiene que agarrar de nuevo la Federal porque la Federal será lo que será, pero no te ponen causas que no tenés. La Federal no te embagalla; si no te encuentra no inventa y menos robarte. En cambio al señor Gobernador se ve que no le alcanza con la plata que tienen que quiere más y más.
MPN: ¿Y vos por qué crees que es?
MS: Porque el señor De la Sota trabaja con la policía; porque es todo lo mismo y no tan solo acá, es en todos lados; porque acá son contadas las veces de que si está bien vas preso porque te lo merecías. Lo que pasa es que mientras ellos puedan robar va más plata para sus bolsillos.
MPN: ¿Pensás que hay tanta impunidad?
MS: Mucha. Y también lo que busca De la Sota es instalar en la opinión pública con las noticias esto de que somos todos choros, que vendemos droga, que hay que sacarnos, que hay que desalojarlos. Lo que tiene que hacer el gobernador es renunciar, buscarse otra cosa o directamente darle el paso a la Federal. Él está encerrando a muchas personas. Hay gente presa injustamente. Había una chica en Bouwer que estaba encerrada porque tenía en su bolsillo dos sedas y una tuca; por eso estaba en Bouwer. Así que señor De la Sota no se presente para presidente porque no lo vamos a votar.
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